Desplegar navegación
Significados, Interpretaciones y Opiniones de letras de canciones
Opinión
Letra
Últimas
Artistas por inicial
#
A
B
C
D
E
F
G
H
I
J
K
L
M
N
O
P
Q
R
S
T
U
V
W
X
Y
Z
×
Agregar Letra
Artista:
Canción:
Enviar
Artistas con Letra E
Enrique Santos Discépolo
Yira Yira
0 opinion
Enrique Santos Discépolo
Yira Yira
Cuando la suerte qu' es grela,
fayando y fayando
te largue parao;
cuando estés bien en la vÃa,
sin rumbo, desesperao;
cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol;
cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que te haga morfar...
la indiferencia del mundo
-que es sordo y es mudo-
recién sentirás.
Verás que todo el mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa...
¡Yira!... ¡Yira!...
Aunque te quiebre la vida,
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.
Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao
después de cinchar
lo mismo que a mÃ.
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...
Te acordarás de este otario
que un dÃa, cansado,
¡se puso a ladrar!
Corregir Letra
Agrega tu opinion de Yira Yira
:(
Ouch! todavia no hay opiniones para esta letra.
×
Corregir Letra
Cuando la suerte qu' es grela, fayando y fayando te largue parao; cuando estés bien en la vÃa, sin rumbo, desesperao; cuando no tengas ni fe, ni yerba de ayer secándose al sol; cuando rajés los tamangos buscando ese mango que te haga morfar... la indiferencia del mundo -que es sordo y es mudo- recién sentirás. Verás que todo el mentira, verás que nada es amor, que al mundo nada le importa... ¡Yira!... ¡Yira!... Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor. Cuando estén secas las pilas de todos los timbres que vos apretás, buscando un pecho fraterno para morir abrazao... Cuando te dejen tirao después de cinchar lo mismo que a mÃ. Cuando manyés que a tu lado se prueban la ropa que vas a dejar... Te acordarás de este otario que un dÃa, cansado, ¡se puso a ladrar!
Enviar
-